Quiero compartir algo con todas las mujeres, sin excepción. Es la historia de una mujer que lo perdió todo por irrespetar a su esposo. (Esther
1:1-22)
Entusiasmado y agradecido por el apoyo a su reinado, el Rey
Asuero, rey sobre 127 provincias, organizó una
fiesta que duró aproximadamente 6 meses, para los príncipes y gobernantes bajo su mando. Luego realizó otra fiesta por una semana más
en los jardines de su palacio para todos los habitantes de la cuidad de Susa. Su
esposa, la Reina Vasti ,
por su parte organizó también fiesta para todas las mujeres de los invitados.
¡Feliz!, en medio de la fiesta y frente
a todos sus invitados, Asuero mandó
a llamar a Vasti para que viniera a acompañarlo, pero ella le envió respuesta
con los mismos mensajeros de que no iría. Asuero enojado pidió consejo a los
conocedores de la ley, quienes le aconsejaron decretar lo siguiente: a causa de que esto llegará a los oídos
de todas las mujeres, y ellas harán lo mismo, y despreciarán y
menospreciarán a sus esposos igual como Vasti hizo con el Rey: Si le parece bien a Su
Majestad, ordene que Vasti ya no siga siendo la reina, y que esa orden sea una
ley para los de Persia y Media, para que nadie pueda cambiar su decisión.
Además, elija usted otra reina que sea mejor que ella. Cuando se conozca la orden
de Su Majestad en todo este gran reino, todas las mujeres respetarán a sus
esposos, sean ricos o pobres. (Vv.16-20
TLA)
Estimadas amigas,
esposas o futuras esposas, entendamos que Dios
creó al hombre como cabeza del hogar, y a nosotras como su ayuda idónea. Ellos, además de nuestro amor, esperan nuestro RESPETO. Seremos ejemplo de bien para otras mujeres en
la medida que nos esforcemos por ser ejemplo en nuestros propios hogares y
matrimonios. Recuerdan que nuestras vidas son un reflejo de nuestras acciones.
Si queremos ser amadas y respetadas por nuestros esposos, debemos comenzar por
dar nosotras el primer paso. En la medida que respetemos a nuestros esposos, nos
convertiremos en la corona de ellos y nuestro hogar.
Bendiciones!!!
