La
soledad es símbolo tristeza. Hay tiempos de soledad voluntarios, cuando deseas
estarlo y otros involuntarios, cuánto todos te han abandonado. Pero ambos
denotan que estamos atravesando por momentos difíciles. Sin embargo, aún en los
voluntarios, creo en mi corazón, que aunque sean tiempos donde deseamos que
nadie nos interrumpa, que nadie nos hable, que nadie si quiera nos piense,
albergamos siempre la esperanza de que alguien muy amado nos acompañe. Alguien que nos entienda, que pueda
dejarnos llorar en su hombro, alguien que simplemente nos escuche y nos soporte
sin cuestionarnos, que solo nos deje
sentir que está allí.
El salmista David
dijo un día: Dios tú me
conoces, me has examinado, conoces mi sentarme y mi levantarme, conoces mis
pensamientos, mi caminar, mi andar y hasta mi reposo. Conoces hasta las
palabras que aún no han llegado a mi lengua. Siendo así Señor, ¿A donde huiré
de Tu Presencia? Donde quiera que vaya, por profundo o por alto, donde quiera,
allí Tu Estarás. (Salmos 139).
Quizás
estés atravesando por momentos así, quizás estés atravesando por tiempos de
soledad. Quizás nadie te ha pensado, quizás todos se han olvidado de ti, de que
existes, de que eres
especial. Aun
así, HAY ALGUIEN QUE TE PIENSA A CADA INSTANTE, Alguien
que SIEMPRE ESTÁ AHÍ, justo a tu lado. Alguien que sin darte cuenta te rodea, te abraza,
enjuga tus lágrimas y quiere verte sonreír. Alguien que quiere dibujar UNA
HERMOSA Y ENORME SONRISA en ti, para que recuerdes que EL GOZO no se
produce por circunstancias, sino porque EL ESTÁ A TU LADO Y A TU FAVOR. Ese alguien es DIOS, EL es tu
fortaleza, es tu ayudador, es tu esperanza, es tu protector. EL NUNCA TE ABANDONA, nunca se
avergüenza de ti, tú nunca lo decepcionas, ni nunca has hecho ni jamás harás
algo para que EL se aparte de ti. No importa en qué circunstancias te
encuentres, no importa a dónde quieras huir, EL ES
OMNIPRESENTE, allí,
en lo más oculto que te encuentres, ALLÍ EL ESTARÁ. Él te
abrazará, te rodeará, y aún sin decir siquiera una palabra, TE DEVOLVERÁ EL
GOZO DE TU SALVACIÓN.
Dios te
bendiga y te guarde hoy y siempre.
Anibal e
Iverka Burgos