Libertad, ¿Quién no desea
tenerla? Todos procuramos tener libertad. Libertad en las
finanzas, en la salud, en el trabajo, en nuestras relaciones, en todo. La
libertad es la facultad que tiene el ser humano para obrar según su
inteligencia o sus deseos, es disfrutar de no estar prisionero, es sinónimo de
confianza, franqueza, independencia. La libertad es un derecho que se le otorga
a cada persona, pero que lamentablemente no todos hacemos uso de tal derecho.
Pero, si la libertad es un derecho, ¿cómo es que algunos no pueden vivir en ella? Creo que esta
respuesta está profundamente ligada a nuestra manera de pensar y de vivir.
Muchos creen que la libertad esta condiciona por un lugar, por otra persona o
por algún otro factor. Llaman estar privados de libertad a aquellos que están
en una cárcel, a aquellos quienes tienen que estar sometidos a sus padres o a sus
esposos, a aquellos que aun trabajan y están bajo la autoridad de un superior,
pero esto no significa no tener libertad, si fuese así, ¿porque no tienen ese concepto todos
los que están bajo esas circunstancias, sino solo algunos?
La verdadera libertad no consigue cuando nos
independizamos de nuestros padres, cuando nos liberamos de un hombre o de
una mujer, cuando sacamos nuestra identidad personal de mayoría de edad, o
cuando hacemos lo que deseamos aun sin importar atropellar a los demás. La
verdadera libertad no se conquista dependiendo de las circunstancias en que
vivimos, se
conquista en nuestro corazón y se manifiesta en nuestra manera de vivir. Nuestra vida misma evidencia que tan libres o que tan
prisioneros somos. La
verdadera libertad definitivamente no se compra, no te la otorga nadie, sino
que la decides tú mismo cuando dejas que Dios obre en tu corazón. En Juan 8:36
Jesús dijo: Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son
verdaderamente libres.
Solo JESUS
tiene el poder de hacernos VERDADERAMENTE LIBRES ¡!!Bendiciones
y Feliz Navidad!!!
Anibal e Iverka Burgos