viernes, 27 de mayo de 2011

Más que una oración




¿Cuántas veces has orado por algo sin recibir respuesta a tu petición? Quizás una, dos, tres, diez veces, no lo sé, sin embargo lo más importante de todo no es precisamente cuantas veces has orado, sino más bien la forma como oras. Particularmente creo que la oración tiene varios niveles, comienza como unas simples palabras pero a medida que avanza el tiempo y no obtenemos lo tan deseado, van aumentando los niveles hasta alcanzar el punto en donde nuestras palabras son indescifrables y solo el Espíritu Santo puede traducirlas al Padre.



Ana, la madre del Profeta Samuel, llegó a ese nivel de oración. Ella, oraba a Dios por un hijo, pero por muchos años cada oración iba acompañada de frustración, amargura y tristeza, pero un día, aunque su oración seguía siendo la misma, su actitud cambió (1 Samuel 1:9). El resultado de ese cambio lo vemos en 1 Samuel 1:19-20 cuando dice: Elcana se unió a su esposa Ana y el Señor se acordó de ella y Ana concibió a Samuel. Un cambio en su actitud movió el corazón de Dios y le fue concedida su petición.



Nuestras oraciones, sean por razones sencillas o complejas, deben engendrarse en nuestro corazón y deben ir acompañadas de una actitud que agrade a Dios. Nuestra actitud al orar es una demostración de cuanto amamos y confiamos en Dios. Puedo decirles con toda propiedad que la oración que produce los milagros, no se trata de una simple oración, SE TRATA DE UNA ACTITUD QUE NACE EN EL CORAZÓN.



Oración: Señor, gracias por tus bendiciones. Enséñanos y ayúdanos a ser agradecidos en medio de la espera. En el nombre de Jesús, amen.



Anibal e Iverka Burgos

EN LO SECRETO




Ser reconocido, tener fama, ser admirados es algo que la mayoría de las personas persiguen. ¿Cuántas cosas que podrían quedarse en el anonimato son sacadas a la luz tan solo para conseguir ser reconocidos por los demás? Alardeamos de ser los protagonistas de los hechos, de las palabras, de los logros, de las victorias, buscando opacar que los valiosos aportes de los demás para obtener y lograr las cosas. Solo ¡Yo, yo, yo! Intentando ser la única persona en la escena.



Me he dado cuenta que para lograr cosas a niveles grandes y poderlas conservar es necesario comenzar a conquistarlas a niveles pequeños. Cuando logras guardar secretos pequeños, con el tiempo lograrás guardar los grandes provocando que las personas crean y confíen en ti, y así es en todos aspectos de la vida, INCLUYENDO LA HUMILDAD.



Jesús dijo:Cuando ustedes hagan una buena obra, cuando ayuden a los pobres, no se lo cuenten a nadie, y Dios el Padre, que conoce ese secreto, les dará a ustedes su premio. Cuando oren, háganlo en secreto con Dios, su Padre, pues El da lo que se le pide en secreto. Porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan”. (Mateo 5:1-15)


“LAS MEJORES Y MAS GRANDES RECOMPENSAS DE ESTA VIDA Y DE LA VENIDERA SE LOGRAN EN LO SECRETO”.



Oración: Señor, ayúdanos a reconocer que todo lo que tenemos y lo que somos proviene de ti, por tanto, enséñanos a ser más como Tu, humildes de corazón. En el nombre de Jesús, amen.



Anibal e Iverka Burgos

martes, 3 de mayo de 2011

Depende de ti




Hace 15 años, a las 5:30am aproximadamente de un día común y corriente conocí a Jesús, lo recibí en mi corazón y desde ese mismo momento mi vida jamás ha sido igual. La llegada del Señor a mi vida ha sido la experiencia más maravillosa y extraordinaria que jamás haya tenido y por ello no me canso de gritarle al mundo lo que El puede hacer en sus vidas.



Por mucho tiempo, desde ese entonces, traté de hacer la obra del Espíritu Santo, queriendo convencer y atraer a las personas al Señor, porque cuando sabes que algo es realmente bueno no cesas de hablar de ello e incluso de recomendarlo, pero por experiencia propia y personal comprendí que nadie puede acercarse e incluso amar a Dios genuinamente si no le busca con su corazón y no con el mío. Jeremías 29:13-14ª dice: Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo *corazón.14 Me dejaré encontrar —afirma el Señor.



He aprendido que Dios solo puede ser encontrado por aquellos que le busquen con corazones sinceros y que si alguien lo hace para complacerme a mi no será 100 por ciento genuino. He aprendido que El tiene reservado Su Amor solo para aquellos que le busquen y que le amen de todo corazón. Proverbios 8:17 dice: Yo amo a los que me aman, y los que me buscan me encuentran.



Oración: Señor, ayúdanos a ser genuinos en nuestro amor hacia ti, porque solo así te encontraremos. En el nombre de Jesús, amén.



Anibal e Iverka de Burgos