Confiar en alguien aun cuando te ha fallado algunas veces resulta una tarea difícil. Creo que todos en algún momento nos hemos sentido defraudados, hemos sentido que no somos importantes porque ese alguien no se empeñó lo suficiente por cumplir con lo que nos había prometido. Las promesas de un esposo por serte fiel, las promesas de una esposa por dejar de ser gruñona, las promesas de un jefe por ascenderte. Promesas, solo promesas y no hechos, eso nos produce decepción.
Seguir creyendo bajo esas circunstancias se hace difícil y muchas veces hasta imposible. Las renuncias son el diario reflejo de promesas incumplidas. La gente se cansa de solo palabras y ni hechos y lamentablemente muchas veces aplicamos ese mismo concepto con Dios. Considerarlo a Él como uno de nosotros resulta común en nosotros. Si Dios se tarda en cumplir lo prometido, RENUNCIAMOS. Rompemos nuestra relación con El y decidimos volver atrás, decidimos no hablarle, decidimos enojarnos con Él, y lo que es peor aún, decidimos olvidarnos de que EL NO ES COMO UNO DE NOSOTROS, SINO QUE EL ES MÁS QUE 100% FIEL.
Deuteronomio 7:9 dice: Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, EL DIOS FIEL, que cumple su pacto generación tras generación. Hoy más que nunca, a pesar de las circunstancias, SEGUIRE CREYENDO QUE MI DIOS ES FIEL. No sé cuánto tiempo más necesite esperar para ver cumplirse una más de sus tan fieles promesas en mi vida, pero prefiero SEGUIR CREYENDO EN EL que poner mis esperanzas en alguien más. Yo se que para EL NADA ES IMPOSIBLE, por tanto, Seguiré Creyendo que MI DIOS ES FIEL, aunque para otros parezca no serlo. ¿Y TÚ, QUE HARAS?
*** DIOS ES FIEL DE GENERACION TRAS GENERACION***
Anibal e Iverka Burgos
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