Ir al médico no es algo que yo particularmente disfrute por varias razones. La principal de ellas es que, generalmente somos sometidos a una serie de procesos que implican, en la mayoría de los casos, un seguimiento. Hacerse exámenes cumpliendo con requisitos, tomarse los medicamentos siguiendo las indicaciones, esas, entre otras cosas, son para mí la parte más difícil del proceso. Ocurre con mucha frecuencia, que eres referido a otro médico o que simplemente no consigues sanarte tan rápido como quisieras, sin embargo, para ser honestos descubrimos que en la mayoría de los casos nuestra mejoría depende en gran manera de como nosotros sigamos dichas instrucciones.
Nos hacemos resistentes a las instrucciones. Hacer lo que nosotros consideramos mejor o conveniente es uno de nuestros más perjudiciales defectos, y el pueblo de Israel padecía de este mal. Las instrucciones de Dios eran violadas con mucha ligereza, por tanto, las consecuencias de esas violaciones eran notorias.
En Éxodo 19:5 Dios les dijo: Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos. El Señor anhela darnos el bienestar que nosotros necesitamos, pero es necesario que atendamos a Su Dulce Voz y que guardemos Su Palabra para poder disfrutar de ese bienestar. Así como nuestra sanidad física depende en gran parte de nosotros, así también la espiritual. Sigamos al pie de la letra las instrucciones del Señor y seremos Su Especial Tesoro entre todas las naciones.
***LA VOZ DE DIOS NOS GUIA POR CAMINOS SEGUROS***
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