¿Alguna vez te has desvelado por un pensamiento? Hace un par de días desperté a las 3:00am con muchas ideas en mi mente, cosas que quería realizar, proyectos, propuestas. Fue bueno por un momento, pero media hora más tarde, ya no quería pensar más, ¡quería dormir!, pero por más que lo intentaba, no conseguía quitarlos de mi mente. Llegó un punto que resultó ser como un tormento, y buscando la manera de quitarlos o reemplazarlos de mí mente, recurrir a toda clase de alternativas. Contar ovejas, pensar en algo diferente, cubrirme pie a cabeza, orar desde mi cama, levantar a mi esposo, todo fue en vano.
Cansada de dar vueltas decidí levantarme y he intentar dormir en otro espacio de la casa, pero al acomodarme en el sofá, donde generalmente tengo mis encuentros con el Espíritu Santo quede atrapada nuevamente, ahora no por los mismos pensamientos, sino por los pensamientos de Dios. Simplemente fue algo extraordinario, una experiencia maravillosa, muy distinta a la anterior. Ahora no quería quedarme dormida, quería más y más, era como si no me saciara de pensar en El, en lo hermoso, bueno y misericordioso que ha sido conmigo.
David dijo: ¡Cuán preciosos me son, Oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo (Salmo 139:17-18). Los pensamientos sobre nuestro Dios siempre serán hermosos. Tan complejos que nunca llegaríamos a comprenderlos, pero tan simples que siempre traerán paz a nuestras vidas.
*** PENSAR EN DIOS NOS GARANTIZA ESTAR EN PAZ***
Anibal e Iverka Burgos
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