La gran mayoría de nosotros dejamos abandonados muchos de los proyectos que con frecuencia emprendemos. El entusiasmo del principio se va desvaneciendo poco a poco hasta no dejar ningún rastro. Nos es fácil comenzar a leer un libro, una carrera universitaria, estudiar un idioma, unirnos en matrimonio, decorar una casa, comenzar un plan de adelgazamiento, pero sin darnos cuenta renunciamos a continuar. Te has preguntado ¿Por qué nos sucede?
¿Te imaginas que sucedería si Dios fuera igual que nosotros? ¿Qué sería de nuestras vidas si El se hubiese dado por vencido? Quizás tú o yo somos unas de esas personas que al parecer no tienen remedio, quizás hasta nosotros mismos lo hemos considerado así, sin mencionar las veces que hemos renunciado a luchar por otras personas que nos rodean, pero a pesar de ello, DIOS NUNCA SE DA POR VENCIDO. Filipenses 1:6 dice: Estoy convencido de esto: el que comenzó TAN BUENA OBRA EN USTEDES la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.
Dios cumple todo cuanto promete. El continúa trabajando incansablemente en sus proyectos a pesar de que algunas veces pareciera ser mejor idea abandonarlos. Nos toca a nosotros confiarle nuestras vidas a Él y dejar que El obre en ellas hasta hacerlas PERFECTAS.
Oración: Señor, gracias por tu obra en mí vida y por no renunciar a mí a pesar de mis faltas. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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