sábado, 10 de abril de 2010

Pídeme y te daré

Salmo 2:8 dice: Pídeme y te daré por herencia las naciones, por posesión tuya los confines de la tierra.

Pedir la mayoría de las veces parece ser algo vergonzoso, más aun si lo que pedimos es algo que pareciera estar fuera del alcance de los demás. Es exponernos a que los demás sepan que estamos necesitados y aparentar que estamos a su merced, lo cual es algo incómodo para la mayoría de las personas.

¿Que sentirá un padre o una madre que no tiene recursos y que tiene que salir a pedir por las calles para buscar el sustento o para la salud de sus hijos? Creo que si es una persona responsable sufre haciéndolo, sin embargo la necesidad de adquirirlo lo deja sin alternativa a pesar de que está expuesto a ser juzgado por ello.

El hombre esta lleno de prejuicios, pero Dios es distinto a nosotros. El anhela que vengamos a El con nuestras necesidades, eso demuestra que reconoces que El tiene el poder para hacer lo que deseas y que dependes de El para obtenerlo. No hay razón para sentir vergüenza de pedirle a Dios, antes, lo único que debes hacer es asegurarte de pedir de acuerdo a Su voluntad y te aseguro que será hecho.

Oración: Señor gracias por tus palabras porque ellas son medicina para nuestras vidas. En el nombre de Jesús, amen.


Anibal e Iverka Burgos

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