Cuando era niña le tenía a la oscuridad. En muchas ocasiones me pasaba para la habitación de mis padres huyendo de ella, pero casi siempre era obligada volver porque mi madre no me permitía quedarme a su lado, mientras decía que eso debía ser superado.
Por muchos años luché con ese temor, y a pesar de que soy un adulto, puedo decir que en algunas ocasiones puedo percibirlo nuevamente, pero a pesar de ello, lo único que ha cambiado es la forma de enfrentarlo. Antes me escondía debajo de las sabanas, pero hoy MI REFUGIO LO ES DIOS.
Todos nos atemorizamos algunas veces, por diferentes razones, pero en medio de esos temores todos podemos encontrar un refugio seguro. Ese refugio se encuentra en Dios, recuerda que El SIEMPRE será tu LUZ y tu SALVACION.
Oración: Señor, gracias por tus palabras porque ellas son alimento para mi vida. Establécelas en mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.
Por muchos años luché con ese temor, y a pesar de que soy un adulto, puedo decir que en algunas ocasiones puedo percibirlo nuevamente, pero a pesar de ello, lo único que ha cambiado es la forma de enfrentarlo. Antes me escondía debajo de las sabanas, pero hoy MI REFUGIO LO ES DIOS.
Todos nos atemorizamos algunas veces, por diferentes razones, pero en medio de esos temores todos podemos encontrar un refugio seguro. Ese refugio se encuentra en Dios, recuerda que El SIEMPRE será tu LUZ y tu SALVACION.
Oración: Señor, gracias por tus palabras porque ellas son alimento para mi vida. Establécelas en mi corazón. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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