Hace un tiempo, durante una visita al doctor, pude ver una familia abrumada por el dolor que le embargaba debido a la muerte de un ser querido. Pero algo que llamó mi atención fue escuchar como una mujer gritaba desconsoladamente mientras le decía a Dios: Señor, no entiendo lo que esta sucediendo, pero te doy gracias porque se que es tu voluntad. Ella solo repetía eso, una y otra vez. ¿Cómo podría alguien dar gracias en momentos como esos? Eso no cabía en mi humana razón.
A pesar de ello, aquella escena estremeció mi corazón, porque pude ver cuan débiles somos cuando las cosas no marchan bien, pero por otro lado pude ver y entender el respaldo y el amor que el Espíritu Santo nos ofrece en medio de esa debilidad.
Romanos 8:26 dice: “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras”. Se que estaremos expuestos a toda clase de situaciones en nuestras vidas, se que es probable que no podamos en nuestro pleno juicio hablar con Dios en esos momentos, pero ahora también se que tenemos UN FIEL INTERCESOR que puede traducirle a Dios todo nuestro amor por El aun cuando estamos enojados o lastimados por Sus decisiones.
Oración: Señor, ayúdanos en medio de nuestras debilidades, pero también ayúdanos a entender tu voluntad en nuestras vidas. En el nombre de Jesús, amén.
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