No sé cuantas veces has intentado inducir a alguien a cambiar. Un cambio de actitud, de manera de pensar, de vestir, de hablar, de comportarse, en fin, tratar de hacer que alguien tome ciertas actitudes y aptitudes que a tu juicio debería adoptar, pero ¿te has puesto a pensar si esas sugerencias son las apropiadas para esa persona?
El diseño de cada ser humano es muy complejo. Muchas veces lo que pareciera ser conveniente para alguien al final no lo es. He sido testigo de cómo una persona deja de ser y de existir, para convertirse en la imagen de alguien más quien no es, solo porque otra persona consideró sería lo mejor, sin tomar en cuenta que cada uno de nosotros fuimos creados con un plano y un molde único y exclusivo que SOLO DIOS, quien es el diseñador, PUEDE CAMBIAR.
Jeremías 18:4 dice: Y la vasija de barro que estaba haciendo se echó a perder en la mano del alfarero; así que VOLVIÓ A HACER DE ELLA OTRA VASIJA, según le PARECIÓ MEJOR AL ALFARERO hacerla. Tú y yo somos finísimas piezas y obras de las Manos de Dios y solo Él puede cambiarnos sin hacernos sentir que hemos perdido nuestra identidad. Dejemos en las Manos de Dios hacer las transformaciones en nosotros y EN OTRO de acuerdo a como MEJOR LE PAREZCA, aun si fuera necesario HACERNOS DE NUEVO.
Oración: Señor, hoy ponemos nuestras vidas en tus manos, cámbianos de acuerdo a como mejor te parezca Dios. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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