Un cafecito bien caliente, una taza de té, o una sesión de ejercicio bien temprano en la mañana siempre produce una rica sensación para aquellos que nos gustan estas cosas. Al hacerlo, nos invade una gran satisfacción y pareciera que sin ello sería imposible comenzar el día. ¿Está de acuerdo conmigo? Quizás lo tuyo no sea el café, el té o los ejercicios, pero estoy segura que alguna actividad se hace necesaria en tu vida cada día.
Es común escuchar como si alguien no toma café en las mañanas le duele la cabeza, como si no se ejercita se siente cansado, entre otras cosas, pero ¿Has pensado como comenzó esa costumbre? ¿Cómo comenzó lo que hoy se hace tan imprescindible para ti? Hay quienes aseguran que toma 21 días consecutivos para que algo se convierta en un hábito, y creo que ésta es la respuesta a nuestra pregunta. Todo comienza un día, pero hacerlo durante varios consecutivos lo convierte en una costumbre difícil de dejar.
¿Qué pasaría si disfrutasemos de un sorbo de la Palabra de Dios igual que como lo hacemos con el café? El salmista dijo en el Salmo 119:147: Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra. Dios cada día espera pacientemente un encuentro con nosotros y Hoy es nuestra oportunidad para comenzar disfrutar Su Persona y Su Palabra de manera que cuando no lo hagamos sintamos una PROFUNDA NECESIDAD de hacerlo. Recuerda, Todo comienza un día, Hoy puede ser el mejor día para empezar lo que será LA MEJOR DE LAS COSTUMBRES.
Oración: Señor, te anhelamos. Ayúdanos a deleitarnos en tu presencia y en tu palabra siempre. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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