Cuando alguien muy cercano hace una aseveración sobre ti o sobre las cosas que suceden a tu alrededor tendemos a prestar importante atención a la misma. Esas personas están ligadas íntimamente a ti, conocen tu vida, y sobre todas las cosas quieren lo mejor para ti. Esas aseveraciones toman más peso cuando todo a nuestro alrededor grita a su favor.
De igual manera, David tuvo que enfrentar muchas situaciones. Situaciones en las cuales las afirmaciones de los que le rodeaban cobraban valor y muchas veces ponían en tela de juicio las promesas de Dios para su vida. En el Salmos 3:3 David se acerca a Dios y le dice: “Muchos son los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios”, pero en el versículo 4 demuestra la confianza en la cual reposa: “Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza”.
Una aseveración es una afirmación que debe ser probada con los hechos. Hoy tienes delante de ti dos opiniones, la de los hombres y la de Dios. Si quieres saber cual tiene más valor, compruébala con los hechos. Solo detente y echa una miradita para ver hacia donde se inclina la balanza. De seguro que hoy mismo encontraras la respuesta.
Oración: Señor, ayúdanos como a David, a nunca olvidarnos de los beneficios que nos has dado, para saber con seguridad cual palabra tiene más valor. En el nombre de Jesús, amén.
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