miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tengo Un Pretendiente


Hace tiempo atrás (no así en nuestros días), para un hombre conquistar una mujer no era muy fácil. La joven casi siempre mantenía una posición distante sin importar que el joven le agradara o no, pero al final la astucia que caracteriza a los hombres, siempre sacaba ventaja sobre las damas haciéndolas caer rendidas a sus pies.

¿Qué tiempos aquellos? Muchos tuvimos el privilegio de vivirlos, pero muchos lamentablemente han dejado a un lado su encanto. Sin embargo a pesar de que entre un hombre y una mujer es tan fácil llegar a entablar una relación, entre el hombre y Dios GENERALMENTE cuesta mucho lograrlo.

El profeta Jeremías al igual que muchos de nosotros, trato de evadir a Dios por un tiempo, pero Dios no se dio por vencido con él. Sus Palabras fueron cautivando a Jeremías hasta caer rendido a SUS PIES. Así podemos leer de Jeremías lo siguiente: 20:7:¨Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste.¨

Dios es UN CABALLERO, No huyas más de EL, déjate seducir por SU AMOR; estoy segura que cuando eso suceda quedarás flechado para TODA LA VIDA. Si estás dispuesto, solo has esta oración: Señor, Hoy rindo mi vida a ti, entra en mi corazón y enamórame de ti hasta quedar rendido a tus pies. Te amo y te amaré lo que me reste de vida. En el nombre de Jesús, amén.

Anibal e Iverka Burgos

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