Mi padre es abogado y fue funcionario público por un tiempo. Durante su gestión tubo la oportunidad de ayudar a mucha gente de todos los estatus sociales, pero así mismo como eran muchos los beneficiados, así mismo eran muchos los agradecidos. Gallinas, chivos, plátanos, vinos, canastas, aguacates, mangos, eran solo parte de los muchos regalos que llegaban. Estos regalos no significaban nada en si mismos, pero significaban mucho al observar la intención de la gente. Mientras más grande era el favor, más efusivo era el gesto de agradecimiento.
Una mujer pecadora, entrando donde estaba Jesús, calló postrada a Sus Pies y no paraba de besarlos. Lloraba mucho y mientras sus lágrimas caían en Sus Pies, ella los enjugaba con sus cabellos y luego ungió con perfume su cabeza. Recibió duras críticas por su “insolente acción”, a lo que Jesús objetó diciendo: Por esto te digo: si ella ha amado mucho, es que sus muchos pecados le han sido perdonados. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. Lucas 7:47
¿Qué tanto te ha perdonado Jesús? ¿Poco o Mucho? Tu amor por el Señor y tu forma de agradecerle lo determina lo mucho o lo poco que creas que El te ha perdonado.
Oración: Señor, gracias por tu perdón y por tu amor. Ayúdanos a ser agradecidos no solo de palabras sino de corazón. En el nombre de Jesús, amen.
Anibal e Iverka Burgos
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