Hace dos meses atrás recibí la noticia que una de mis amigas de infancia tenía cáncer. Cuando recibimos este tipo de noticias nos afligimos mucho, porque siempre la asociamos con la perdida de ese ser querido, pero en este proceso que nos envuelve a todos los que la amamos, hemos sido enseñados por ella misma que las circunstancias que nos rodean no pueden limitarnos a vivir como Dios desea.
Hace un par de días fuimos a visitarla y quede sorprendida con la madurez, la entereza y la fe con que esta mujer de Dios está viviendo este tiempo. Todos los que estábamos allí parecíamos estar más enfermos que ella misma, porque para ella sus esperanzas están puestas definitivamente en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe.
Tenía verla por no afligirme, pero por el contrario, al verla pude confirmar lo que dice la Palabra de Dios en Isaías 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Dios no nos ha prometido que no nos enfermaremos ni padeceremos, pero lo que si nos garantiza es fortalecernos en medio de los procesos y renovar nuestras fuerzas para seguir adelante. ¿Qué te está quitando las fuerzas hoy? Si algo te roba el gozo de Dios, recurre a la fuente que es Cristo para ser renovado.
Oración: Señor, gracias por tu amor por nosotros. Gracias por amar a mi amiga mucho más de lo que nosotros la amamos. Sánala Dios, en el nombre de Jesús. Amén.
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