Proverbios 11:25 dice así: El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado.
La generosidad es la inclinación que tiene una persona de dar sin esperar algo a cambio o sin buscar su propio interés, y es precisamente por esta razón que es una cualidad tan difícil de cultivar.
Sin embargo, creo firmemente que a medida que damos, vamos cultivando la generosidad en nuestras vidas. Puede que al principio no se haga con la intención debida, pero mientras más lo hacemos, más satisfacción nos produce el llevarlo a cabo.
La Biblia dice que el que sacia será saciado y aunque no lo hagas con esa intención, las bendiciones y el favor de Dios y de las personas que saciaste te perseguirán a dondequiera que vayas.
Nosotros tenemos la facultad para poder dar porque ya hemos sido saciados por Dios antes. Observa a tú alrededor y mira ¿que puedes dar a los que te rodean?
Oración: Señor, te damos gracias por tus palabras. Ayúdanos y enséñanos a ser generosos con los demás y aún con nosotros mismos. En el nombre de Jesús, amen.
Anibal e Iverka Burgos
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