lunes, 4 de enero de 2010

El reflejo de mi interior

3 Juan 1:2 dice así: Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.

¡Cuanto anhelamos la prosperidad! Cuando hablamos de prosperidad nos referimos al bienestar o al éxito sobre cualquier situación o área de nuestra vida y es un gran privilegio poder gozar de ella.

Es importante que entendamos que la prosperidad comienza en el alma, en lo interior y no en lo exterior como muchos de nosotros consideramos. La prosperidad es una actitud y no una condición, si fuera una condición como explicamos que muchas personas podrían poseer muchos bienes y no sentirse prósperos.

¿Cómo te sientes hoy, rico o pobre? ¿Cómo se siente tú alma, alegre o triste? Recuerda lo que dice Juan en estas palabras: ASI COMO PROSPERE TU ALMA, SERAS PROSPERADO EN TODAS LAS COSAS. Ocúpate de darle un buen mantenimiento a tu interior y entonces lucirás diferente por fuera.
Oración: Señor, te agradecemos por tus palabras, porque ellas son fieles y verdaderas. Gracias por la prosperidad que tenemos en ti. En el nombre de Jesús, amen.
Anibal e Iverka Burgos

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