Toda buena obra, toda buena acción que a diario hacemos tiene su recompensa. La recompensa es la compensación, la retribución o premio que recibimos luego de haber actuado de manera correcta.
Como es natural para el hombre, recibir una recompensa es bueno, sin embargo, muchas veces nos enorgullece tanto recibirla y ser publicados ante los demás como héroes, que incurrimos en la vanagloria, y para ello es totalmente imprescindible dejar notar nuestras acciones por los que nos rodean.
Cada cosa buena que hagamos, por pequeña o grande que parezca es importante para Dios sin importar que los demás lo noten o no. El promete que por cada una de ellas recibiremos nuestra recompensa. Por lo tanto que no nos preocupe mucho si los demás lo notan o no, preocupémonos porque Dios lo note. A final recordemos que las únicas recompensas que tienen un valor PERECEDERO son las que provienen de Dios.
Oración: Señor, gracias por tus palabras. Gracias por que ellas son fieles y verdaderas. Rogamos que nos ayudes a hacer el bien en todo tiempo y a ser bendecidos por ti. En el nombre de Jesús, amen.
Anibal e Iverka Burgos
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