jueves, 8 de julio de 2010

Unas Simples Palabras


Aquel hombre había sido condenado a muerte, su destino estaba marcado, donde pasaría la eternidad era aparentemente un asunto del dominio público, porque sus actos habían escrito su historia. Nadie podía borrar de su expediente los hechos que había cometido.

Hay en el mundo muchos enmarcados en esta descripción, muchos que parecieran no tener escapatoria. Quizás este acertando con tu cabeza pensando en los que están así en tu familia, en tu trabajo, en tu escuela, en tu universidad o en tu vecindario, pero debo recordarte que también nosotros estuvimos situados allí, pero el valor de unas simples palabras cambio el curso de nuestras vidas.

Y mientras Jesús colgaba del madero, aquel hombre condenado a muerte exclamó: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino (Lucas 23:42) y sin importar más la apreciación de los demás, ese mismo día pasó a la eternidad con Jesús. Lucas 23:43: Te aseguro que HOY estarás CONMIGO en el paraíso, le contestó Jesús.

¿Recuerdas cuales fueron las tuyas? Yo puedo recordar las mías: Señor Jesús, te necesito en mi vida, se mi Dios, mi Señor y mi Salvador para siempre. Puedo morir en cualquier momento, pero de algo estoy segura y es que cuando eso suceda, ESTARE CON JESUS EN EL PARAISO. Eso hace UNAS SIMPLES PALABRAS.

Oración: Señor, gracias por tu misericordia y tu gracia. Gracias por escuchar la oración de nuestros corazones. En el nombre de Jesús, amén.

Anibal e Iverka Burgos

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