Mi pasado cumpleaños fue un día muy especial para mí. Mucha gente linda me felicitó y fue sorprendente ver como durante todo el día la gente no paró de mandar mensajes de felicitaciones por cualquiera de los medios. Todas esas palabras, signos gestuales, flores, llamadas, abrazos, hicieron que me sintiera amada y especial.
En un momento del día, dentro de todas esas manifestaciones de cariño, hice una parada para agradecer al que movió a toda esas personas (unas conocidas y otras con las cuales incluso no tengo una relación constante, todas a las cuales agradezco infinitamente) a tomar un momento de su tiempo para provocar que me sintiera como una reina, al Dios nuestro, el cual es el que encabeza y comanda la lista de todos los que hacen nuestras vidas tan especiales.
En el Salmo 8:4-5 David, maravillado del amor de Dios dijo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides? ¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad! Dios podrá tener muchas cosas en las cuales ocuparse diariamente, pero Tú y yo somos lo más importante de su creación. De hoy en adelante cada vez que vengan a tu mente pensamientos de inferioridad recuerda que EL MÁS IMPORTANTE en cada instante de SU TAN OCUPADO TIEMPO, está pensando en ti. Recuerda que Tú estás SIEMPRE presente en la memoria y en el corazón de TU DIOS, entonces respóndete a ti mismo si ERES O NO ESPECIAL.
Oración: Señor, gracias por tu amor tan especial, gracias porque somos lo mejor que has creado sobre la tierra. En el nombre de Jesús, amen.
Anibal e Iverka Burgos
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