El temor, que se refiere al miedo, es inevitable de experimentar en la vida de todo ser humano, pero todo temor tiene una raíz, no surge de la nada. La mayoría de nosotros fuimos expuestos a situaciones difíciles que provocaron en nosotros esos temores y otros son simplemente transmitidos de una persona a otra.
Me he dado cuenta que muchos de nosotros pasamos largo tiempo huyendo de nuestros temores en lugar de enfrentarlos para de esa manera poder vencerlos. Por muchos años había sentido temor a la oscuridad o a estar sola, pero no fue hasta exponerme a los mismos cuando logré superarlos. Aunque a veces me siento morir cuando estoy sola, clamo a Dios y creo que su protección esta de continuo conmigo, eso me hace sentir mucho más confiada y permanecer sin salir huyendo.
El Salmo 34:4 dice: Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores. ¿Cuáles son tus temores? Cuales quieran que sean, de TODOS PUEDE LIBRARTE DIOS. Trata de enfocarte en la raíz de los mismos, ora a Dios y enfréntalos a pesar de sentir miedo. Alguien dijo alguna vez: La Valentía no es la ausencia del miedo sino el coraje de seguir adelante a pesar del miedo. No dejes que el miedo te detenga para obtener tu libertad.
Oración: Señor, gracias por la fortaleza que impregnas en nosotros. Gracias por siempre nos ayudas a seguir adelante, en el nombre de Jesús, amén
Anibal e Iverka Burgos
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