¿Alguna
vez has criticado a alguien? Creo que sí. Las críticas pueden ser constructivas
o destructivas. Nosotros no somos muy dados a dar críticas constructivas, sino
todo lo contrario. Nos pasamos la vida tratando de cambiar a la gente o
tratando de inducirlos a ser como nosotros queremos que sean o a hacer lo que
queremos que hagan, y si esas personas no atienden nuestras “sugerencias”, entonces las consideramos imperfectos.
¿Quién
es perfecto o quién no tiene algo que cambiar en su vida? Sin duda alguna que todos necesitamos cambiar, unos en un área y otros en otra, unos tenemos que dejar
de hacer cosas y otros tenemos que comenzar a hacerlas, pero a pesar de eso,
estamos tan enfocados en los errores y defectos de los demás que nos olvidamos de los nuestros. ¿Qué sucedería si
nos ocuparnos con tanta severidad de nuestros defectos tal como nos ocupamos de
los de los demás? ¿Qué tal si en lugar de ser tan críticos de otros lo
fuésemos de nosotros mismos? Nuestras vidas serían muy distintas.
Hay un trabajo que nosotros no podemos
lograr por más que nos empeñemos y es cambiar a las personas, entendamos que
ese es el trabajo y el arte de Dios. Analiza por un momento ¿Qué tan difícil te ha sido
cambiarte a ti mismo? Solo cuando lo hagas te darás cuenta y entenderás que
tienes muy pocas posibilidades de cambiar a los demás. Mateo 7:3 (TLA) ¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros,
y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te
fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te dieras cuenta de que
en tu ojo hay una rama.
DÉJATE TRANSFORMAR POR DIOS, SOLO ASI MOTIVARÁS A OTROS
AL CAMBIO
Oración: Señor, ayúdanos a cambiar nuestras vidas de modo que
podamos ser ejemplos para los demás. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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