Hace unos meses estábamos de vacaciones y coincidimos con
un primo que es militar en US Navy, organismo militar de USA. Fue sorprendente
escucharlo hablar de lo a diario tiene que hacer para cuidar su nación. Observaba
su incómodo atuendo que consistía en un traje, botas, chaleco antibalas y
mochila de provisiones, y solo estas dos últimas prendas pesaban entre ambas aproximadamente
100 libras. Así, y bajo constantes combates y amenazas, él tiene que vivir la
mayor parte de su tiempo. Aun para ejercitarse durante estuvo de vacaciones se
ponía su chaleco y su mochila, según él para no perder la costumbre.
Al igual que los que pertenecen al Navy, todos nosotros vivimos
constantes luchas y amenazas. Nuestro adversario esta siempre al acecho, y
puede atacarnos en cualquier momento. El Apóstol Pablo sabía esto, por eso nos sugirió
lo siguiente: Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder
irresistible. Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo. (Efesios 6:10-11-DHH)
A diferencia del Navy, nuestra fuerza no
radica en las armaduras que podemos ver físicamente, sino en las que poseemos
en lo espiritual. Esas, que aunque no podamos ver, sabemos que Dios nos ha dotado de ellas. Esas armaduras combinadas con
la fuerza y el poder irresistible de Dios nos hacen un ejército
invencible. Nada ni nadie
puede hacernos frente si Dios está con nosotros. Solo con El podremos estar
firme para cuando todo haya terminado.
DIOS Y YO SOMOS UN EJERCITO INVENCIBLE
Oración: Señor, Tu eres nuestra Fuerza. Contigo somos
más que vencedores. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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