He escuchado
decir: “Sin
lucha no hay victoria”, y creo
que definitivamente es así. El diccionario define victoria como la
superioridad demostrada en una lucha al
vencer a un rival, sin embargo, a nadie
le gustan las luchas pero a todos nos gustan las victorias. Las luchas implican sufrimientos, heridas, dolor,
dificultades, esto nos hace pensar en que sería más lo que tendríamos que pasar
que lo que vamos a obtener.
¿Quién no ha luchado alguna vez? ¿Quién no
lo ha dejado casi todo en el terreno de pelea? A veces nuestro contrincante nos golpea tan fuerte que es
casi imposible levantarnos nuevamente, pero aun así algo positivo
sacamos de las luchas. Ellas nos
hacen madurar, nos hacen
más fuerte para enfrentar lo que vendrá más adelante,
nos desarrollan nuevos músculos,
ellas nos hacen más
resistentes.
Quizás
hoy estés atravesando por una situación difícil, es posible que ya estés
tendido en la lona o a punto de tirar la toalla, NO ABANDONES, NO TE DES POR VENCIDO, atrévete a cruzar al otro lado donde podrás celebrar.
No temas porque no
estás solo, CONTIGO
ESTÁ DIOS. El Salmos 55:22 dice: Echa
sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Si aún
estas luchando, es porque Dios te está sustentando. Él te dará nuevas
fuerzas para que puedas resurgir
aun de las cenizas.
EL PUENTE ENTRE TUS LUCHAS Y TUS VICTORIAS SE
LLAMA DIOS
Oración: Señor,
ayúdanos a confiar en que Tú siempre nos sostiene. Hoy dejamos todas nuestras
cargas en Tus Manos. En el nombre de Jesús, amén.
Anibal e Iverka Burgos
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