¿Alguna vez has salido para un lugar y acabas llegando a otro? ¿Has llegado a un sitio sin proponértelo? Que incómodos nos sentimos cuando cosas como estas nos suceden. Nos parece que somos torpes por no tener dirección o sentido correcto de localización.
Conozco muchos que han sido bendecidos o librados de algún mal solo por haber perdido el sentido de la localización o del tiempo, sin percatarse de que Dios estaba interviniendo cambiando sus planes para darle un giro diferente al que esperaban.
Así es que a partir de ahora cuando hagas tu agenda diaria, en lugar de simplemente proponerla para ti mismo, deja que sea ordenada y aprobada por Dios. Recuerda que en ningún lugar estarás mejor que donde decida Dios.
Oración: Señor, te damos gracias por este día. Gracias porque Tu eres quien diriges nuestro diario caminar. Solo te pedimos que a donde quiera que vayamos tu presencia este con nosotros. En el nombre de Jesús, Amen.
Anibal e Iverka Burgos
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