Salmos 40:1-2 dice así: Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor, y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
¿En que o en quien pones tu confianza cuando estas desesperado? ¿A quien haces oír tu voz cuando algo te impacienta? No te sientas mal por tu respuesta, porque creo que todos opinamos de nosotros mismos lo que tu opinas de ti.
Es natural que nos sintamos impacientes por algo que nos acontece, que nos sintamos desesperados, pero es necesario que en esos momentos recurramos al UNICO que tiene la autoridad de ordenarle a la tempestad que calme y ese es nuestro Dios.
El nos promete escucharnos, socorrernos y restaurarnos como dice este Salmos. El descenderá hasta donde te encuentres y sin importar el estado en que estés, te levantará y pondrá tus pies sobre peña y enderezará tus pasos.
La próxima vez que sientas que te vas a hundir, echa mano del MEJOR SALVAVIDAS QUE ES CRISTO, EL SIEMPRE ESTARA AL ALCANCE DE TUS MANOS.
Oración: Señor, te pedimos en este día que tu amor, tu misericordia y tu cuidado se extienda sobre nuestras vidas. Ayúdanos a confiar en Ti y acercarnos para encontrar el oportuno socorro. En el nombre de Jesús te damos gracias, Amen.
Anibal e Iverka Burgos
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